28/3/16

Tendrías que estar aquí

El corazón se hace chiquito cuando de mi hermana se trata. Se fue a Juárez hace un mes (ya un mes), y el fin de semana fuimos a verla, cuando pude abrazarla fuertemente muchos pensamientos tristes y angustiosos de fueron sin sentir, ella es la persona más feliz que conozco. Pasaron varios detalles que me resultan interesantes.

Katy me dio un tremendo susto al correr hacia la escalera de la casa de mi tía y la tomé del brazo como nunca lo había hecho para amonestarla a lo que ella respondió bajando la vista. Eso no lo había visto antes en ella pues es, como decirlo sin ser tan descriptiva, no acepta que se le diga que hacer. Le digo a Mina que es como el mar: infinitamente hermosa y profunda pero que no la agarremos enojada porque puede (y será) malo para todos.

Mi tío es interesante en su manera de pedir favores o, por como lo vemos, de cobrarse el favor realizado previamente. Es de las personas que pagan por no moverse y esta frase armada jamás fue mejor dicha. Digamos que nos invita a cenar y él paga todo, al día siguiente nos solicita que le ayudemos a mover una recámara de lugar y no mueve un dedo, si se le increpa sencillamente nos recuerda el evento de ayer. Pago, luego tengo a quien mandar.

La casa de mi hermana es una minicasa en las afueras de la ciudad (la cocina es un pasillo oscuro) todos los espacios son mínimos y apenas cómodos para convivir. Sin embargo pudimos salir avante de la situación de hacinamiento por dos motivos importantes: no fue mucho tiempo e hicimos por no ver la falta de espacio. En algún momento se dijo en broma Si viviéramos así necesitaríamos literas hasta para caminar y todos reímos. Fuimos a estar juntos y lo estuvimos seriamente.

Fue un viaje interesante y cansado, Anya se porta muy bonito y juega con su prima, mis padres nos vieron a todos. Por tres días todo fue dulce y apacible, vengo llena de amor y de carne asada.

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