10/7/15

La nostalgia y tu.


Por una cabeza 
todas las locuras 
su boca que besa 
borra la tristeza, 
calma la amargura. 
Por una cabeza 
si ella me olvida 
qué importa perderme, 
mil veces la vida 
para que vivir... 

2/7/15

La navaja del barbero.

Anya tiene tres meses. Después de seis horas de parto nació mediante una cirugía, esto por que jamás dilaté y ella no bajó, la vi por primera vez el cinco de abril a las 10:30 de la noche y ha sido la única  vez que he llorado de felicidad.
Ahora podría quejarme de la falta de sueño y de tiempo, cansancio crónico o por lo contrario alabar la maternidad y la maravilla de sentir piel suave y los ojos mas bellos. En vez de eso quiero escribir sobre un pensamiento que he traído por meses: si todas las mujeres deben ser madres como una obligación, un derecho o como pase social al siguiente nivel femenino para completar el ciclo. Esto lo traigo en mente por varias amistades que han colocado en sus redes sociales que no desean tener hijos. Los comentarios a favor y en contra son meras opiniones sin fundamento y solo un par me han llamado la atención: uno hacia referencia la necesidad biológica y social de tener hijos, el otro a no darle demasiada importancia y que la vida no gira en torno a los hijos sino al éxito personal.
Yo que ya tuve una hija debería pertenecer al primer grupo pero mis ideales se inclinan al segundo; sin embargo soy ecléctica y creo que los hijos son una opción hacia la trascendencia pero mi vida sigue siendo mía, así mismo el rumbo que tome será un balance de fuerzas. Creo imposible que girar sobre otra persona sirva para cumplir un propósito personal, universal y único, aunque de un hijo se trate.
Por otro lado he pensado en que no todas las mujeres pueden/quieren/deben ser madres y lo único que debe hacer la diferencia entre las que sí y las que no es una profunda reflexión a cerca del tema.
Deberé dejar este post inconcluso porque me lloran y quiero dar apapacho.




3/2/15

Sin concentración

Trato de escribir al menos una idea y desarrollarla, pero no lo consigo dar estructura a ninguna y es por ello que escribiré sobre mi falta de atención. Dimitri me habla y sé lo que dice pero no lo proceso, van cuatro veces que le cuento el mismo chiste de una moto y olvido decirle lo que es importante por tanto debo preguntarle si ya le dije o lo pensé. Tiene mucha paciencia y solo se ríe, yo me sonrojo.
Puedo durar mucho tiempo haciendo algo sin sentido y aquello que debo hacer se me pasa como si no lo supiera y fuera novedad (excepto lavar, amo lavar ropa).
Una de las ideas que quería desarrollar la olvidé y otra ya carece de sentido. En fin, luego podré armar una idea pero mientras iré a ver netflix.

Dar por dar.

Dar sin esperar.

Por que sí y por que se quiere, por corazón y verdad. Sin esperar, y eso es sorprendente.
No siempre esta medida es justa pero siempre será libre, no puedo exigir lo que no nace de adentro para satisfacer mis peticiones. Hoy no me arrepiento ni creo que haya sido mucho, al contrario, soy lo que doy a los que amo: fui noches de pláticas difíciles, tardes de quejas y consejos, visitas largas, mensajes contestados a deshoras y quien no falló. Si me faltan en el camino sabré que es hasta donde pudo darme y no me enojaré. Pues es su medida.
Me doy a los que amo. Cabilaré sobre eso un rato.