Si partimos del axioma que todos somos buenas personas con arranques ridículos y una boca muy grande. Podemos inferir que nadie merece un trato desmeritorio, inhumano o semejante.
Por tanto, eso que hacemos por mano y aceptamos como justicia, es abuso del poder y falta de inteligencia emocional.
Gracias por leer mi divague.
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