31/1/13

El amor en los tiempos de la Internet.

Se han dejado de lado las conversaciones, los niños ya no se raspan las rodillas, se raspan los dedos.

No sé si estoy lista para pensar que a mis hijas les compraré un simulador que llore en vez de una muñeca o a mis hijos un casco de 3D y no una bicicleta. En diciembre vimos a cuatro niños sentados en una mesa en total silencio, cada uno en su juego con audífonos integrados, del otro lado de la mesa estaba el papá absorto jugando con su celular. Así, tan perdido que ni cuenta se dio cuando los niños se fueron del lugar.

Los hemos perdido.


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