12/11/12

3X1

Esta semana tuve tres encuentros cercanos que me dejaron impactada. Uno con la pobreza, otro con los giros del destino y con el otro lado de la moneda.

El primero fue en Cárdenas, un poblado a 30 minutos de Chihuahua. Estaba en el carro esperando a mi acompañante y vi a tres ancianos hurgar en la basura algo que comer. Espulgaron hasta dejar solo restos de pan mohoso, jugos a medio beber y algo que parecía friego. A los pocos minutos apareció lo que me deshizo por dentro, dos niñas como de siete y tres años, buscando en el mismo bote algo que llevarse a la boca y evidentemente llevándose lo que los ancianos rechazaron o dejaron a medias. La mayor le dio un jugo y un pan a la más chica, lo comió con voracidad y pidió más; con rostro acostumbrado al hambre le explicó con señas que ya no había.

El otro fue una alumna, de esas niñas acostumbradas a ganar, a mangonear, la caga-clase. Dicha niña tenía un bebé de un año, a mitad del semestre se embarazó de nuevo, se casaría con el chico y compraron muebles así como muchas cosas; siempre no pero quedó endeudada con varios miles de pesos y de intereses. Dejó de estudiar; ahora trabaja en la fonda de la mamá para mantener a los dos niños para pagar sus deudas. Cuando la vi me gritó con mucho gusto y me abrazó, me comentó lo anterior poniéndose a la orden con burritos, tacos y tortas.

El último encuentro fue hoy en la mañana en la parada del camión, una señora más o menos de cincuenta años empezó a platicarme que iba a ver a su hijo al CeReSo, un mes sin verlo es mucho pero como quiera ya sale en diciembre, pobrecito se le descontroló un carro y mató al señor de la camioneta de enseguida. No fue su culpa pero lo pagó. Su rostro de preocupación por que fuera a pasar frío, hambre, violencia, me hizo pensar. Me habló de sus nietos que vinieron de vista a México y a los días de haber llegado los mataron en un autolavado, solo por estar en el lugar equivocado. No me pidió dinero, solo quería que la escuchara y entendiera algo.

Después de estos tres encuentros entendí y sentí. Aun los estoy poniendo en su lugar.

No hay comentarios: