12/4/09

El fin del mundo

El Viernes Santo acompañé a mi mamá a hacer unas compras a Smart cerca de las tres de la tarde, el día estaba nublado a cielo cerrado, el aire se sentía pesado, las calles vacías. Muchos intentaban salir de la ciudad, otros entrar, el tráfico se sintió diferente en esa vaga sensación de prisa sin rumbo.

Me sorprendió la cantidad de gente saliendo del supermercado, unos corrían nerviosamente con bolsas de víveres y después de arrojarlas al auto, emprendían la huída mientras otros se quedaban luchando felozmente por ese cajón en el estacionamiento.

Cuando logramos entrar noté la fila para comprar tortillas, enseguida de la comida preparada, luego la del pan, y fue la larguísima fila del baño que me dio ansiedad tanto por la gente como por la energía chocante. Todos teníamos prisa de entrar, comprar y correr si no, seríamos arrastrados por la masa humana, sobre todo la femenina. Las más rudas son las mujeres, pelean por los carritos, por los espacios para pasar y por la fila en la caja. Que si esa lata yo la vi primero, si ese carrito lo estaba cuidando de lejos. Los pequeños pasan de ser niños a ser objetos para apartar espacios, carritos y lugar en la fila.

El clima propicio y la ansiedad en deseo de huir me h¡zo pensar el el cliché del fin del mundo: cuando ya no queda nada en los supermercados y la gente se arrebata lo poco que encuentra, ocurre el miedo de quedarse con las manos vacías, la locura que hace olvidar la diplomacia y todos esos detalles que imaginamos y construyen el panorama de pánico colectivo.

Cuando salimos de Smart cargadas de pescado congelado de mala calidad, noté algo interesante no era el fin del mundo, sino de la oferta de treinta pesos el kilogramo de pescado congelado.

3 comentarios:

Dimitri dijo...

la oferta , que loco

sinceramente yo me imagino que asi seria la gente si el fin del mundo fuera asi, pero, de verdad sirve comprar muchas cosas cuando todo lo que conoces esta por terminar? a donde huyes cuando no hay a donde huir ni en donde esconderse? de que sirve morir con mil pertenencias si al final no te llevas nada? por que tenemos miedo al fin del mundo si de todas maneras vamos a morir algun dia?

yo te amo pequeña hermosa

Libelulaparalela dijo...

oieee pero que esperabas.. si en este hermoso pais que tanto amo.. nos encanta el drama.. (me incluyo) a poco crees q no lo haran por pescado congelado de mala calidad?? y mas en un dia tan espiritual en el que.. lo mas importante es cuidar la comida y no la manera de alimentar el alma.

besos muaaaa

hola Socio..

David Alejandro dijo...

Olvidé agradecer su visita, Gracias! Un beso. Muak!

"Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso ¿CERDO?... era la influenza"
Jejeje, me hiso reir un rato;) hay que ver hasta donde llegamos, muak.