Con música de Opeth en el fondo del cuarto pienso en el ardor de primavera que llega de a poquito. Las manos me sudan solo de recordar lo que hace diez años no debió pasar y, como ya no fumo, emulo la sensación de bloqueo a través de otros sentidos. Hoy la música fuerte y quizá después trate con meditación para quedarme quieta. Poco sirve ante la ansiedad; en ninguna terapia hay un remedio inmediato. Respiro, eso siempre ha funcionado.
El infierno es hasta llegar al final, donde los ruegos no sirven y pasa de nuevo, como miles de veces ha pasado. Líbrame no libra, sálvame no salva, no por favor no. No.
Luego nada, el silencio. Por que sólo pasó una vez y fue hace diez años, aunque todos los días sean esa hora, fue hace mucho y aquí estoy, escribiendo lineas con Opeth bien fuerte, en el fondo de la habitación. Respirar funcionó de nuevo.
Cada día pienso Sigo viva y, en este caso, no fue suerte sino falta de tiempo.
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