18/7/13

Léase con música jazz de fondo.

¿Recuerdan a mi amiga la banal? De ayer a hoy he pensado en volver a llamarla e intentar convivir. Me pasa muy seguido, a pesar de la buena memoria, en algún momento olvido las actos y voy por la persona a dialogar y componer. En tales motivaciones siempre ha pasado lo mismo: salimos, me da mucho gusto verle y en algún momento de la plática recuerdo por qué ya no le hablaba o evitaba salir con dicho personaje. Hay gente que por un determinado tiempo es la mejor amiga del mundo y luego muy raro pasa a conocida, después a un recuerdo.
Las razones sobran, y tampoco se trata de enumerar sus defectos, como ella hizo conmigo cuando redactó una lista con los 'detallitos' que podria repasar en mi persona para mejorar la relación. O cuando a todo mundo le contó que les quedé mal en una exposición por confiarme en la buena voluntad de un tercero y ella, amablemente me regañó.
Hoy pienso que si lo hiciera quizás podría pasar un buen rato, o fastidiarme con el recuento de los daños que yo causé. Claro porque ella jamás tomará su parte de culpa, yo la sensiblona, la que no aguanta bromas, la que no sabe ser amiga. Y le quedé mal juuuusto cuando ella más me necesitaba...

Saben qué... Ay muere. Ya me acordé por qué no le hablaba. 

3/7/13

Hermman Glandorff

Durante la graduación de mis alumnos de secundaria me di cuenta que no solo yo me encariño con ellos, sino ellos conmigo. Una me dijo que jamás encontrará una mejor maestra de Historia, otra que me iba a extrañar por mi feliz carácter y un tercero se alejó de sus compañeros y las fotos para abrazarme y decirme que me quiere y jamás me olvidará.
Me emocioné hasta las lágrimas, soy muy sensible y por otro lado es un grupo al que quiero en conjunto y en lo individual. Me enseñaron que las clases de lectura y contestar preguntas sirven para pasar la hora y no para aprender, una dinámica por más pinche sigue siendo divertida. 
Me queda un buen sabor de boca, dejando de lado el cariño, me consta que aprendieron y se llevan conocimientos importantes. 
Los de prepa fueron el grupo más difícil, de todos. Chiples y aferrados a hacer su voluntad nos dimos de topes y, a pesar de ceder en algunas ocasiones, al final las materias se hicieron como las tenía planeadas desde el principio. Valió la pena por el sencillo hecho del aprendizaje; por quitarles la ceguera de pensar en la universidad obtendrán aprobaciones solo por el esfuerzo y no por resultados. Esa es mi recompensa, el trabajo bien hecho.