4/6/13

Rosarios a Doña Lila

Con el fallecimiento de la matriarca Domínguez muchos movimientos se han visto en casa de mis papás. Uno de ellos es la limpieza del cuarto, momento duro en el que se debe sacar lo mejor de uno y, apoyando a mi mamá, acomodar nuevamente todas las cosas terrenales de mi abuela.
En esa limpieza salieron fotos, recuerdos y un par de objetos de uso personal (rosarios, abanicos, bolsas de mano) un objeto que encontré fue un texto que escribí en secundaria que de llamaba "Muerte porqué no llegas ya" (sic). Lo leí en voz alta a petición de mi mamá y a disgusto propio, después de sonrojarme por lo terriblemente dramático, recibí una amonestación por la manera tan extraña de expresarme. Solo pude contestar -qué querías, era un a niña depresiva- Y sí que lo era, pasaba todo el día sola y cuando estaba acompañada sentía una gran aprensión por agradar. Mis padres peleaban todo el tiempo, y todos esos detalles que a una niña pueden provocarle una sensación de desequilibrio.
Volviendo a la idea original, encontramos fotos preciosas de mi abuela y mi bisabuela, realmente bellas a la manera clásica desde el peinado hasta el filtro de la imagen, eran bellísimas.
Me heredarán un rosario y un abanico de esos con olor a madera fina. La verdadera herencia ya la tengo: sus memorias, los secretos familiares, recetas y tardes que pasamos juntas viendo telenovelas o leyendo la biblia. El rosario que me toca viene de Roma y está bendito por Juan Pablo II. Mañana serán 15 días.

 La soñé, me dijo preciosa y me tomó de la mano. Sonrío para recordarla.


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