Es una mezcla de sensibilidad, concentración y observación y no puedo usarla a placer. Hay cuerpos que piden y otros que rechazan, depende de si quiere ese dolor o si no confía en mí o lo contrario y es cuando entra en acción la sensibilidad de conocer un cuerpo con solo tocarlo y escuchar qué es lo que necesita. Por que lo que pide el cuerpo a veces es diferente a lo que queremos, por ejemplo quien es adicto al dolor no quiere dejar su vicio y exige daño para aliviar otro tipo de dolor (todo es balance).
He sentido tantas experiencias a través de la piel, es como si me contaran aquello que guardan para sí mismos, algunos sienten penita otros se liberan, el fin es que se vayan diferentes a como llegaron. Tienen derecho de poner en duda esto, pero como dice mi abuela: 'Las brujas no existen, pero de que vuelan, vuelan'
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