Dejé de escribir porque las ideas no se organizan solas como antes que solo era abrir un viejo cuaderno y las imágenes bajaban solas, en fila hacia la hoja en blanco.
Perfectamente organizada cada palabra hasta formar lo que quería decir, la hoja escolar formaba el terreno y solo era sembrar.
Ahora me cuesta y me desorganiza, al parecer cobraron vida y no quieren bajar a la tierra a morir fecundas, quieren volar.
Puedo escribir Se despierta la nostalgia para recordar. Se duerme arrullada por las olas, todo el mar sigue allí.
Y borraré las líneas que siguen una y otra vez, como lo acabo de hacer, porque no puedo exprimirlas más, ya dijeron su nostalgia, sus olas y su mar. Ya no me desfilan las figuras para ampliarlo. Han dicho su verdad.
Traigo en mente En la flor seca también se ve la belleza de cerrar el ciclo vital, orgánico y efímero de la vida. Esto no puede explicar más la muerte, la desdibujo como belleza desmitificadora.
Cortas dagas de largo alcance, solo cuando logro escribir.
Ahora me cuesta escribir, las torrenciales palabras son a penas gotitas, si antes desplegaba un panegírico pasé a humilde epitafio. Vivo en silencio literario
Ya no es necesario, nadie me lee.
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