En esos ataques salvajes de Te extraño me persiguen indomables recuerdos.
En estas emboscadas debo ser cuidadosa pues una palabra fuera de la fila o una invitación malinterpretada, aunque real, podría acabar con años de recuperación. Solo por el placer de ir cantando al martirio, únicamente para desdentarme.
Cuando esto pasa, cuando me muerden y atacan mis propios demonios, te escribo y quemo hojas. Mis palabras no te lastiman, las ausencias no te atan a mí. Solo dejo correr la tinta y me agoto en esta casa vacía.
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