26/12/13

Sweet home.

Sé que lo hice bien cuando la familia extendida de mi marido me cae mejor que la mía.

Las Navidades me gustan hasta que debo ir a comer con mis tíos y primos, cierto que la sangre llama pero en este caso no hubo buenos acuerdos, les cuento: la abuela fallece y ahora todos parecen querernos mucho cuando los últimos años nos trataban de apestados. Esto por las continuas quejas proferidas por su desaparecida acción con Doña Lila, así como por la falta de interés en apoyar a mis papás en el cuidado. Por el lado de mi esposo, su familia es más joven y menos problemática, muchas veces me caen mejor que mis primos que me daban infierno cuando éramos niños; con mis tíos hay menos problema y percibo menos hostilidad.

A veces es bueno ver a la familia, nomás para saber que todo sigue igual.

1 comentario:

Palas dijo...

Os entiendo querida, eso generalmente pasa. Yo la paso con la familia de mi novio y me encanta. Con mis primos y tíos, he intentado reunirnos pero no es lo mismo y no lo hemos logrado tampoco... so, a disfrutar lo que nos hace felices... y lo que no se puede pues, disfrutar lo bueno que tenga eso. Como dices, aunque las cosas no sean color de rosa, es bueno verse de vez en cuando.

Un abrazo!