Y ese día con mis zapatitos rojos pedí un lugar feliz: una noche entera del año más loco de nuestras vidas. Y sí, pasamos un resumen de las aventuras, locuras y patines de entonces y hasta nos dimos el lujo de hacer after y ver gente maravillosa que nos acompañó en esos años. Un viernes de hace cuatro años. Ese viernes de esos años a estas alturas vale oro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario