En tu mano derecha ha nacido un alcatraz, lo puedo ver maduro, en busca de camino entre tus dedos trata de encontrar donde crecer más lento, pero no puede y se derrama sobre las sábanas, en tus uñas, en mis ojos, por el espacio que se va trazando entre la piel de mi índice y la de tu pie. Piecillo apenas. Ontológicamente mínimo, vivencialmente máximo –rojo, amarillo-.
Plagio. Gracias por el texto.
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